Falta de motivación para cuidarse y solucionar los problemas
En la consulta veo muchas veces personas que saben perfectamente qué les está pasando, pero no pueden evitar abandonarse y dejarse ir a la deriva sin hacer mucho por mejorar la situación.
Se sabe qué está pasando pero no se puede o no se quiere reaccionar
Entienden que no cuidar la alimentación puede ser malo. Saben que no dormir, no descansar y permitir que tu cabeza esté dando vueltas todo el rato sin parar, hace que el problema se agrave. Pueden entender también que han vivido situaciones en la vida que les han hecho llegar al límite y necesitan tomarse en serio su salud y abordar sus problemas cuantos antes. Observan preocupados como su estado de salud y calidad de vida se van mermando poco a poco, pero sin embargo, no se sienten motivados a hacer nada.
Cuando el sentimiento de soledad es parte del problema
Cuando hay un profundo sentimiento de soledad, de falta de apoyo, de impotencia y frustración porque las personas de su alrededor no le prestan la ayuda que consideran que necesitan, esto se convierte como en una especie de cortafuegos que reduce las posibilidades de mejorar la salud.
¿Qué tipo de situaciones nos pueden haber conducido hasta aquí?
Cada persona es diferente, pero suele haber un denominador común, y es, como ya he dicho, un sentimiento de soledad, de falta de apoyo, que normalmente se acompaña de un sentimiento de desvalorización y de baja autoestima. Aquí podemos encontrarnos todo tipo de experiencias traumáticas, pero muchas de ellas están relacionadas con los padres, bien por lejanía, separación, abandono o pérdida, o bien por incomprensión, un trato agresivo, despectivo o excesivamente exigente. Otra fuente habitual son las relaciones personales en la infancia con otros niños, enfermedades, complejos, sentimientos de exclusión etc…
Testigos de la evolución de la propia enfermedad
Con el paso de los años, aunque estos eventos no necesariamente tienen que terminar siendo un problema, para muchas personas, casi sin darse cuenta, les hace entrar en un proceso depresivo, ansioso, u obsesivo compulsivo entre otros, y que va complicando el cuadro con el tiempo y derivando a todo tipo de sintomatologías físicas, energéticas y del sistema nervioso. Es habitual que empiece a doler la columna vertebral, muy relacionada a nivel emocional con la soledad y desvalorización, se producen bloqueos energéticos que hacen que otras partes de nuestro organismo dejen de funcionar todo lo bien que se espera. Surgen dificultades para dormir, tensiones musculares, hiperactividad mental, tics, fobias, miedos, impaciencia, agresividad y en general nuestro carácter va cambiando sin saber muchas veces qué nos está pasando.
¿y qué podemos hacer?
Como en casi todo, lo primero es darse cuenta del problema y tomar medidas. Básicamente necesitamos bajar el ritmo un tiempo para poder ver las cosas con perspectiva, motivarnos y sentirnos organizados. Aunque parezca lo más obvio, es importante recuperar los buenos hábitos, como puede ser comer equilibradamente, tener horarios estables para el descanso, salir a pasear, hacer algo de ejercicio, respirar aire puro y que nos de un poco el sol, quedar con otras personas que nos hagan sentir bien y con las que podamos hablar y distraernos, escuchar música agradable, buscar situaciones en las que nos podamos reír.
Es igual de importante buscar un entorno natural para poder desconectar, meditar, buscar un poco de tranquilidad cada día y aunque pueda parecer contradictorio cuando estamos hablando de un sentimiento de soledad, el silencio interior y escucharnos a nosotros mismos es siempre una fuente de tranquilidad, relajación y donde encontramos muchas respuestas que estábamos buscando fuera.
Aunque a nivel profesional es un tema que no toco por respeto a las creencias de cada uno, en mi caso, la espiritualidad y el crecimiento personal me resulta crucial y algo sin lo que no podría avanzar en mi salud personal y paz interior.
A veces hace falta ayuda profesional
Es posible que nuestro entorno no nos ponga fácil hacer muchas cosas para nuestra salud, o simplemente puede que hayamos llegado al límite y ya ni podemos hacer las cosas más básicas y elementales para nosotros. En estos casos la ayuda profesional es una buena salida.
Aquí cada uno elegirá el camino que mejor considere. Yo no puedo dejar de de compartir la opinión de las autoridades médicas, que opinan que hay un gran descontrol con el tema de los medicamentos y que automedicarse o tratar de solucionar todo a base de medicación, no es el camino y es, muchas veces, malo para la salud.
La opción de la medicina natural
Mi opción, siempre dentro de las posibilidades, es una solución a través de la medicina natural y tanto como para solucionar mis propios problemas, como para ayudar a otros a solucionar los suyos, utilizo diferentes técnicas como pueden ser ayunos, dieta equilibrada, técnicas de liberación emocional, reiki, acupuntura, nutrición ortomolecular en la que se suplementan diferentes vitaminas y minerales, oligoelementos, plantas medicinales etc.
Muchas veces hay que explorar también en los sueños o en el sistema familiar a través del árbol genealógico para ver qué influencias podemos estar teniendo de nuestro sistema familiar y hacer diferentes meditaciones, visualizaciones o trabajos energéticos que nos permitan tomar conciencia y liberar determinadas situaciones. También es importante explorar diferentes zonas reflejas del cuerpo, como pueden ser las orejas, manos, ojos, uñas, lengua, piel etc., que siempre dejan pistas de qué puede estar fallando en nuestra salud.
Concluyendo
Resumiendo, si llegamos a un punto donde nos sentimos que nada va bien y sin la motivación para hacer esas cosas que sabemos que nos van bien, estamos en un proceso que requiere ser atendido cuanto antes. Muchas veces habrá que explorar por qué uno se siente solo y con falta de apoyo, qué nos ha llevado hasta este punto, y lo más importante de todo, es saber que tiene solución.

Rubén Misa de http://www.centrodesalud.es perfil personal en rubenmisa.es