Llega el año nuevo. Esto lleva implícito una lista, muchas veces enorme, de nuevos propósitos para el nuevo año. Adelgazar, hacer deporte,  aprender idiomas, ser mejor, adquirir algún hábito saludable, dejar otros poco saludables, recuperar viejas amistades, cumplir un sueño largamente deseado…

Muchas veces se queda en solo eso, propósitos, y según va pasando el año, nos vamos sintiendo cada vez más a la deriva. Llega otra vez el fin de año, y volvemos a querer hacer «un reset» de nuestra vida… y así, muchas veces, durante años, estamos en una espiral sin salida….

1/3 – Se realista y márcate metas con las que estés profundamente motivad@

Si tienes hijos y trabajas un montón de horas al día, quizás no puedas estudiar una carrera para el año. Si no has hecho deporte en tu vida, igual tus músculos necesitan un largo periodo de adaptación donde parecerás un anciano frente a otros usuarios del gimnasio. Quizás haya un montón de cosas que sean muy convenientes para ti, pero que en realidad no te gustan ni te motivan. Éstas, tarde o temprano, terminarás abandonándolas.

Por lo tanto, es importante meditar un poco qué queremos de verdad y qué nos hace felices. Escoger unos propósitos que podamos cumplir y que cada día cuando nos levantemos, nos ilusionen y venzamos con facilidad esos momentos de bajón.

2/3 – El campo energético es la clave de todo lo que nos rodea. Incorpora rutinas de higiene energética a tu vida, tu futuro depende de ello.

Si aun no sabes esto, quizás debas abrirte a nuevos conceptos este año.  Nuestro cuerpo está rodeado por un campo energético que tiene una profunda conexión con nuestros pensamientos, con nuestras emociones, con nuestro cuerpo físico, y a parte, hay toda una serie de conexiones con cada área de nuestro cuerpo. Hay una serie de campos energéticos que ejercen un poderosísima influencia sobre nuestra vida, que por muchos retos realistas que te marques y que por mucho que te guste lo que buscas, si no estás alineado con estos campos de energía, la tarea va a ser imposible. No hace falta que te conviertas en un maestro Zen. Basta para empezar con que dediques un tiempo a organizarte, que busques habitualmente unos minutos para tí, en silencio, alejado de la jungla donde tratamos de subsistir, que respires profundo, que escuches música agradable, que hagas cosas que te hagan reír, que te olvides de pensar durante un tiempo. Esto, increíblemente, movilizará inconscientemente tu campo energético, lo irá armonizando en la medida de lo posible, calmando tu mente, armonizando tus pensamientos, relajando tu cuerpo y abrirá «unos canales», que empezarán a captar esa energía de la que te estoy hablando, que irá nutriendo todas esas partes de tu cuerpo que necesitan recargarse. Empezarás a exhalar, a bostezar y sin saberlo, liberar muchas cargas y energías que te complican la vida de una forma que sería un poco largo de explicar.

Si ya sabes de qué estamos hablando, pues la clave es equilibrar un armonizar tus chakras, que alimentarán cada parte de tu cuerpo, Una de ellas, serán centros energéticos que se encargan de la Voluntad, de la constancia, de la capacidad de movimiento, de la autoestima. Otros te darán energía física, serenidad, entendimiento… La energía moviliza infinidad de factores psicológicos que nos dan el empuje necesario para conseguir lo que nos proponemos. No es siempre cuestión de echarle ganas, a veces nos derrumbamos o abandonamos antes de tiempo porque nuestra energía no está equilibrada.

Quizás ya conozcas la importancia de todo esto, pero por alguna razón, no lo haces. Si quieres que tus metas se cumplan, es importante que en el 2015, tengas tiempo para esto. Es un hábito que cuesta un poco adquirir, pero una vez lo haces, se convierte en una necesidad tan importante como comer, beber, dormir, ducharte.

3/3 – Escribe tus metas y no te canses de leerlas.

Son muchos los estudios que demuestran el poder de la mente. Quizás ya sepas que somos aquello en lo que pensamos. Que atraemos a nuestra vida aquello en lo que pensamos, pero que muchas veces, es negativo, porque tenemos miedos, experiencias traumáticas, no creemos en nosotros, etc…

Nuestro subconsciente es un océano infinito, que muchas veces se traga nuestros propósitos, nuestros objetivos y lo que nos da son experiencias traumáticas que no queremos recordar. El repetir muchas veces frases positivas, leer nuestros objetivos, incluso dar gracias como si ya lo hubiésemos conseguido, genera una emoción y un estado inconsciente que trabaja a nuestro favor. Sé que esto cruza para muchos la línea de lo objetivo y entra en el de la superstición, pero si estás leyendo esto, es por algún motivo y quizás necesites una forma radicalmente diferente a cómo lo estabas haciendo hasta ahora. Si te sirve de consuelo, esto no solo me funciona a mí, sino a millones de personas en todo el mundo. Otro día ya hablaremos de por qué no es de dominio público esta realidad.

Fin de la cita. Feliz 2015!

… y si todo esto no te llega. Hay mucho más. Hay muchas formas organizadas, sistematizadas y largamente experimentadas, donde todo esto se convierte en un método de trabajo personal. No quiero hablar aquí de esas fórmulas que yo ofrezco, porque hay muchas más de las que uno se puede imaginar. Lo importante es encontrar aquellas que a uno le resuenen y les motiven. Es importante saber que hay muchas más cosas que las que la mayoría conocen, y que cuando las encuentras en tu vida, te preguntas por qué eso no lo hace todo el mundo, por qué no se enseña en la escuela, por qué no lo anuncian a bombo y platillo en todos los medios de difusión. Vivimos en una civilización peculiar. Con muchas cosas buenas, pero con otras que no son propias de este siglo, ni siquiera de esta era. Prefiero quedarme con la bondad de vivir en un mundo tan rico en matices, tan diversos, tan alto y tan bajo, tan claro y tan oscuro, donde habitamos personas de todas las condiciones y de todas las intenciones.

No te desanimes. Nos han insertado una programación mental desde que nacimos, nos bombardearon con la necesidad de conseguir cosas, objetos, de compararnos con el que tenemos al lado. Esto nos hace ser más débiles en tiempos de escasez, nos hace sentirnos frustrados por tener menos o no tener lo mismo que otros. 

Pero hay una palabra que resume toda filosofía, toda creencia, toda religión, incluso es una palabra que justifica nuestra existencia aquí, en este mundo.

Es el amor, una palabra tan prostituida que ya no tengo muy claro ni qué significa. Pero todo proceso terapéutico llega siempre al mismo punto, la necesidad de querernos a nosotros mismos en primer lugar, para poder querer a otros. 

Este sentimiento te lleva a otro, una especie de infinita satisfacción por el simple hecho de vivir aquí, en esta vida, aunque nuestra existencia no sea todo lo satisfactoria que nos gustaría.

Ahora sí, Feliz año, felices fiestas, feliz 2015.

Y muchos abrazos.

Rubén.

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