Muchas veces he escuchado el famoso «Perdono pero no olvido»… Grrr qué miedo! No sé si lo decía mi abuela. El tema es, ¿Qué significa esto?. Pues al parecer un estudio de una universidad de Escocia, Saint Andrews, que se dio a conocer en «Muy interesante», si alguien nos perdona una ofensa que hemos cometido, esto facilita mucho que lo olvide… Demostraron que quien perdonaba, tenía más facilidad para olvidar y que desaparecía el deseo de represalias.

Por lo tanto, cuando nos lo dicen, sigue habiendo una emoción de Rencor, un deseo real de que no se olvide, o quizás, anotarse un «tanto» para cobrárselo más tarde, un favorcito futuro o una excusa del ofendido para dar rienda suelta a su complejo de desvalorización.

Desde el punto de vista holístico, vendría a ser un tanto con cierto coste energético, ya que probablemente al «ofensor», el perdón ya le vale para olvidar el tema, y por lo tanto esa emoción bloqueada desaparece de su campo energético. Para el «ofendido», el sentimiento de ofensa queda alojado en alguna parte de su cuerpo sutil, consumiendo recursos, desviando hacia ese punto la energía, ralentizando el flujo normal de energía. En fin, una boleto para el sorteo de enfermedades (siempre toca, tarde o temprano).

El ofensor, no visitará terapeuta por este tema (qué injusto!!! diría más de uno). El ofendido cargará un pesado equipaje, repleto de toda una colección de ofensas, que lo único que le generaron son más problemas y problemas. Primero energéticos, luego de carácter, luego físicos… y total para llegar al final y decir «Bo!, tengo que olvidarlo».

¿Me perdonas?